Lo que sí he querido es utilizar la fabulosa frase con la que Javier Marías dio comienzo a Corazón tan blanco para iniciar la presente entrada. ¿La razón? La pura sinceridad. Estos días me siento decepcionado y un poco tonto. Algunos sabrán que durante siete años viví en Valencia, ciudad que no es precisamente emblema de la lucha contra el español, pero en la que conocí a muchas personas con ideas bien diferentes al sentir de la mayoría nacional. Más que ideas siempre quise ver en ello hábitos y cultura, otras formas de expresión que sólo pueden ser sinónimo de envidiable riqueza.
Durante mi primer año de vuelta en Murcia caí en la temeridad de prepararme unas oposiciones para la educación secundaria, pero mayor fue la de defender ante mis compañeros, desquiciados opositores, el derecho de que cada comunidad exigiera, si así lo deseaba, el manejo de la lengua propia aunque sin duda se tratara de un freno de cara a opositores externos que no tenía correspondencia (venganza) constitucional dentro de las regiones monolingüísticas. Por algo algunos han venido a llamar al sistema de autonomías, forma de estado federal asimétrico (supongo que eso de asimétrico, si bien es verdad, puede llevar consigo un rintintín poco racional y desde luego injusto para una población que cuenta en su propio acervo cultural con, entre otras cosas, una lengua propia).
Después vino lo del trasvase que no era un trasvase, pero que sí lo era, para Barcelona; y claro ahí estaba yo esforzándome por hacer entrar en razón a mis resecos congéneres que, como no podía ser de otro modo, exigían que alguien reparara la ofensa a su honor. Este tema, esta discusión, ha sido una constante en mi vida aquí durante los últimos dos años y medio y no es que no me guste hacer de abogado del diablo, pero pienso que en todos los casos tenía una pizca de razón.
Pero llegó la semana pasada, y he leído que en Cataluña se proponen endurecer las multas y la persecución de aquellos empresarios (piensen por un momento en los pequeños empresarios, panaderos, carniceros...) que no rotulen sus precios en catalán, la medida también incluye obligar a responder a los clientes en catalán si es la lengua en la que se le consulta al tendero. Este hecho se me antoja terrible. Y no lo dice cualquiera, muchas veces he ninguneado la legitimidad de un Estado centralista en una realidad como la española. ¿Que dónde está la diferencia en esta ocasión? Pues en que si quieres ser profesor, por ejemplo, aprendes catalán, pero no se puede exigir a nadie dejar de ser lo que se es. Este tipo de iniciativas no sólo suponen pérdidas para el comerciante que tiene que hacer una "pequeña" inversión, seamos realistas no estamos en el mejor momento para ello, es sobre todo una negación de la identidad.
De los tres conceptos más extendidos de lo que es Nación: legal (quien dice la ley), cultural (quien se cree de un lugar) y política (quien cumple unos requisitos y cualidades); en Cataluña se están acercando a esta última. Pues, aun desde la hipótesis y la idealización, trabar el desempeño comercial de una persona por sus raíces, educación y, en definitiva, su ser es negarle el Pan y la Tierra; es negar su pertenencia al lugar en el que ya está y a saber desde hace cuánto tiempo.
No quiero caer en el amarillismo ni en el catastrofismo, no va conmigo, pero adjunto unos extractos del ABC y La Vanguardia de los años treinta. Creo que son documentos interesantes, sobre los que se puede reflexionar aunque no se compartan mis ideas. No creo que se esté dando una situación comparable, pero a mí me lo recordó. Por algo será.
La Vanguardia (13/08/1935)
ABC (26/01/1936)
La Vanguardia (09/02/1937)
Por cierto, si alguien sabe de derecho constitucional que me explique cómo se puede llegar a esto leyendo los artículos 148 y 149 que dirimen las competencias de las comunidades y el Estado. Le estaré eternamente agradecido, porque yo no lo veo por ningún sitio.
viernes, 5 de febrero de 2010
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9 comentarios:
Curiosa tú búsqueda de artículos, pero francamente lo de no caer en el amarillismo, no me lo creo, francamente creo que sólo lo has hecho para que te comenten, y vamos este tipo de noticias, ufff, ¿no somos iguales? ¿ no nos respetan? Creo que no tiene mucho sentido volver a caer en estos temas, porque no conducen a nada, sólo a tener más rencor, y a acabar en cualquier radicalismo, la verdad creo que se puede ser más abierto de miras, a ambos lados, pero como diría Zapatero, siempre desde el entendimiento y la compresión.
María Teresa Fernández de la Vega
Hola vicepresidenta! Los artículos son mera casuística, aunq no pensé en buscarlos hasta que leí la información. Sí que creo que es una cuestión más seria de lo que se ha hablado. Precisamente no es cuestión de radicalismo, es respeto a la gente que conforma tu estructura económica y social. A veces en el afán de acaparar autonomía falta un punto de empatía y eso es lo que después de esto es más difícil contestar. ¿Tú ves bien que se te vigile para comprobar si respondes en catalán a un cliente catalanoparlante? ¿Y si eres de Murcia, Andalucía, Bolivia o Senegal? ¿Debes pagar una multa? Ningún Estado o Mini-Estado puede pretender anular la identidad, eso sí que es lo que sucedió en los 20 y los 30. Te lo estoy diciendo muy en serio, ni por los comentarios ni nada de eso.
Por cierto lo de los artículos de la Constitución... a ver si me guías como letrada, jajajajajaj. Es de suponer que por muchos estatutos que haya, esas reglas se siguen cumpliendo, ¿no?
Un saludo y un abrazo!
Por cierto, gracias por el comentario, que ya se me olvidaba con tanto fervor.
Duro de roer el "Catalanismo".
Me considero defensor, quizás en cierta medida porque conozco a gente de allí, y los entiendo.
También hay que decir que desde la prensa nacional nos venden una imagen de los ciudadanos catalanes muy desvirtuada. Tratan de hacernos ver en ellos que son cerrados de mente y "anti-españoles de todo".
Sin lugar a dudas, hay muchos que lo son, y yo como culé hasta la médula, no soporto las salidas de tono de Juan Lapuerta...
Un saludo QCOMPSON!
Si lo que dices es verdad (que alguna norma obligue a hablar en una lengua x) me duele un poco. Y es arbitrario, ¿pq los comerciantes y no el vecino? ¿o el profesor? ¿o alguien q conoces en una fiesta? Sobre la Constitución, creo que podríamos empapelar una habitación entera con los artículos que esa norma no respetaría además de los q has nombrado tú, como el dcho a la igualdad y no discrminación (14), la libertad (17), la intimidad (18), la libertad de empresa (38), y no sigo porque no quiero empapelar el blog, era una forma de hablar. A veces parece que sólo es una carta de buenas intenciones y un recuerdo de la transición, nadie se la toma muy en serio, sobre todo (ironía) sus mejores derechos.
Estoy de acuerdo en que la lengua es expresión de la identidad: obligándote a hablar te obligan a ser, y la lengua, recinto cerrado, ya es bastante fascista por lo que obliga a decir (barthes) y la comunicación bastante difícil en palabras como para que un poder te fuerce a escoger. lo del nazismo es amarillo, sí, pero no creo que sea casualidad que muchas dictaduras (la franquista por ejemplo) impongan un idioma.
Dicho esto, visca catalunya y perro come perro ;)
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios.
XyTö_^^, cuando leí el comentario de la "vicepresidenta" (mi amiga Mar) realmente dudé de si no era una entrada injusta por lo delicado del tema y por si llevaba a confusión. Quiero recalcar como hago en el texto y como has expresado tú, que no hay nada en mi motivación o mis pretensiones que persigan una idea monolótica de España. Más bien me gusta defender lo contrario, la muerte de las ideas monolíticas estén donde estén. Yo también soy culé, y me trago todos los partidos de los del baloncesto en català.
Ana te agradezco mucho tu aportación jurídica en particular y tu participación en general. Por lo que he leído supongo que sé quien eres, ¿compañera?, así que... a ver si te animas y te unes al blog. Por lo menos si me denuncian por alguna burrada que diga me puedes defender en la sala, jajajaja. Tengo que decir que cuando escribí la entrada cometí el error de no informarme de todo lo publicado ya que en El País también hay un artículo interesante sobre el dueño de una inmobiliaria que ha llevado a juicio la Ley de Política Lingüística de Cataluña para que la declaren anticonstitucional, aquí te dejo el enlace:
http://www.elpais.com/articulo/espana/multas/linguisticas/ausencia/catalan/rotulos/comerciales/llegan/juicio/elpepuesp/20100204elpepunac_16/Tes
Hay que respetar la opinión popular, y aunque sea por un día y me pese, me declaro amarillista con lo de los nazis. Pero es bonito lo de buscar en las hemerotecas y las digitales me lo ponen tan fácil...
Un abrazo, visca Catalunya, Andrés Iniesta y Perro Come Perro.
¿Gos Menja Gos?
La cuestión del bilingüismo se ha convertido, en mi opinión, en una cuestión política más que sociolingüística. Pero como precisamente no quiero entrar en política, creo que lo más importante es hablar siempre desde un respeto mutuo para que sea posible una convicencia linguúista en aquellos territorios en los que coexisten varias lenguas. Según el Estatut de Autonomía todo ciudadano catalán, valenciano, vasco...tiene el derecho y la obligación de hablar en su propia lengua en su comunidad,así que esto se pude extrapolar tanto a términos de la administración pública como del comercio...
Penalizar que no se rotulen los precios y que no se responda en Catalán a los clientes, me parece exagerado porque rompe con todo el respeto que la gente defensora de las lenguas con minoría de hablantes,estamos luchando por conseguir.
Fimado. Una alicantina
Gracias por el comentario alicantina, me alegro de leerte por aquí. Bueno, me reafirmo, menos en la parte amarillista... Si tienen el derecho hablamos de una noción de la Nación cultural, si hablamos de obligación es una Nación política (feo concepto para mi gusto, aunq divague en el vaporoso mundo de la ideas), y en cualquier caso dudosamente constitucional. Tendremos que estar pendientes de qué dice el TC.
Una anécdota, la panadera de delante de mi casa en la Plaza Honduras (Valencia) siempre te hablaba en valenciano. No me imagino a Rita Barberá obligándola a responderme en español ni a mí se me hubiera ocurrido demandarlo nunca.
Un Saludo.
Por cierto, por si me leyera, hacía un pan de mierda y unas empanadillas rancias; pero las mejores palmeritas de chocolate de la historia. Bilingüismos aparte.
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