Existen, sin embargo, otros géneros más alejados, que no son publicados en medios de comunicación de masas sino en libros o películas (documentales o inspiradas en). En el caso de los libros, pueden ser reportajes novelizados o novelas reportajeadas, que no sólo aparecen incluso años después del nódulo de la acción sino que además pueden perdurar en el acervo cultural de la sociedad largo tiempo en función de su fama y calidad. A Sangre Fría (Capote, 1966), La Canción del Verdugo (Mailer, 1988) o los recientes Gomorra (Saviano) y Anatomía de un Instante (Cercas) son claron ejemplos.
Pero no sólo el reportaje ha sido objeto de publicación en libros, también llegan a nuestros tiempos grandes clásicos en forma de recopilación de la opinión que periodistas o semejantes hicieron de su época (Montaigne o Larra, entre muchos).
Respecto a este último caso, la semana pasada pude leer la obra de Josep Pla, Madrid. El Advenimiento de la República (1933), en el que relata multitud de anécdotas e historias y describe los más importante perfiles del primer año de la Segunda República española. Es una lectura que recomiendo a todo el mundo y en especial a los estudiantes de periodismo, pero sin entrar en hacer una crítica profunda quiero rescatar un fragmento muy gracioso de una conversación de Pla con un amigo suyo sobre la educación de sus hijos. Recordad que junto con la reforma del Ejército, la Iglesia y el sistema de la propiedad de la tierra, la Educación fue uno de los grandes pilares del sistema instaurado. En el fragmento se entrevee la ironía y el escepticismo ante tanto cambio (cambios que en materia de educación con el tiempo han sido loados) y os lo traigo porque creo que encaja muy bien con el momento que vivimos a caballo entre la Crisis y la espera del Pacto de la Educación (entre otros).
-He cambiado su educación -me dice mi amigo-. Vivimos una época, estamos en un país [...]
-¿Consideraría una indiscrección- añado- si le pregunto cuáles son los principios en los que se basa el nuevo sistema?
-En absoluto. Primero, les hago aprender idiomas, porque creo que conviene que mis hijos sepan pedir dinero a la mayor cantidad posible de seres humanos y dando las máximas facilidades a estos seres.
-Me parece bien orientado.
-Mi segundo principio consiste en hacer que aprendan a tocar un instrumento portátil, porque nunca se sabe qué necesidades inmediatas pueden sobrevenirle a uno...
-El principio me parece excelente...
-Finalmente, mi sistema comporta unos ejerciciós prácticos. De vez en cuando, reúno a mis cinco hijos en casa y tiro un duro al aire. Si el duro llega al suelo sin que ninguno lo haya cogido al vuelo, los pongo a pan y agua y no los dejo salir.
-¿Me permite una pregunta?
-Las que desee.
-¿Ha tenido que castigarlos muy a menudo?
-¡Jamás, por el momento! [...]
-Sus hijos saldrán adelante.
-Eso espero. Mi sistema educativo es excelente para los tiempos que corren.
Sólo añadir que el libro tiene más forma de diario que de publicación, pero que si alguien está interesado en conocer con un toque más riguroso y a veces ácido lo que pasó en aquel corto y prometedor período de nuestra historia desde el periodismo, el libro recopilatorio de los artículos de Pla, La Segunda República Española, es imprescindible (admito que sólo he podido leer un puñado de los textos que contiene pero es que son 1600 páginas llenas de curiosidades).
3 comentarios:
¿¿¿1600 páginas??? ¿Pero qué comía ese hombre para desayunar?
Hola Isaac gracias por comentar la entrada y por el comentario en sí ya que significa o que la has leído entera o que empiezas por el final.
Pues sí, hay una edición que son 1850 páginas. Son más de 1700 artículos. Está en la biblioteca de Espinardo. Pero el que yo he leído estos días es cortito, es el de 'Madrid. Advenimiento...' Ése tiene 170 páginas, el otro lo ojeé las pasadas navidades por un trabajo que al final no hice; pero es muy interesante leer cómo este periodista contaba unos momentos tan raros al principio y tensos al final.
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