La publicidad como algo más

Si hay algo que persiste y que sigue creciendo a ritmo desorbitante es la publicidad. Estamos absolutamente rodeados de publicidad, constante, persuasiva y muchas veces simpática y alegre. Una cosa no quita la otra, pero lo constante y persuasivo no suele causarnos buenas sensaciones. Se puede decir que la publicidad nació con nosotros, con el ser humano, y es que ni una puede vivir sin la otra, ni viceversa. Se ha datado de primer reclamo publicitario un texto en un papiro, ya en la civilización egipcia, en la que se disfrutaba del esplendor económico y religioso. Le seguía Pompeya al estilo grafitti por el año 1821, y posteriormente en Roma y Grecia se apoyaba en pregoneros acompañados de músicos que anunciaban la llegada de embarcaciones cargadas de mercancias. Es quizás el primer gran punto de partida de la publicidad, reconocida como es ahora en nuestros tiempos.

Pero la publicidad es algo más que otra pieza del puzzle agigantado del comercio y del consumo. Forma parte de nuestra historia, de la creación. Sí. Cuando Dios le dijo a Adán que no cogiera el fruto de ese árbol, Adán fue y cogió, algo parecido ocurre con el tabaco, con el mensajito simpático y amable "Fumar provoca impotencia" o "Fumar puede matar" , a pocos he visto yo que hayan dejado de fumar después de que se creara esta nueva campaña. La publicidad entra en la mente de las personas, es un arma de doble filo que nosotros hemos creado, y una parte del filo es de destrucción masiva. No, no es para tanto, pero si que hemos conseguido instaurar muchos de los lemas y creaciones de la publicidad para hacerlos formar parte de nuestra cultura y de nuestra forma de pensar. Una frase que me ha gustado mucho y que por ello me he decidido a escribir este post es; “…Hay tres cosas en la vida de las que el ser humano no puede escapar: la muerte, los impuestos y la publicidad…”. Aparece en el nuevo libro de Sergio Rodríguez, en el que recoge los anuncios más importantes para nosotros, aquellos que con el tiempo han dejado de ser simples anuncios para afectarnos, sorprendernos y convertirlos en algo real. Después de todo, ya muy pocos se acuerdan que muchos momentos y sensaciones que hemos vivido y vivimos, han sido en un principio una estrategia de mercado.

Y como QCompson con el año 2009, he querido recopilar unas cuantas imágenes para que empiecen el año como realmente lo acabaron, viendo anuncios publicitarios. Aunque eso sí, TVE después de las uvas se cargó por fín con Freixenet.