miércoles, 23 de diciembre de 2009

Mera 'palabrería' (II). 'Neologízame'

miércoles, 23 de diciembre de 2009
Estatuas, bustos, pinturas, biopics, calles y vías en todas sus modalidades, fundaciones, jardines, competiciones y concursos, premios, plazas, puentes, incluso barrios o ciudades. En la memoria social queda el nombre de algunas personas mediante muy diferentes formas de recordatorio, pero pocas parecen tan sinceras y justas como las que nos ofrecen las palabras. Que los demás hagan de lo que eres o haces un neologismo con tu nombre es el máximo galardón a la innovación (para bien o para mal) al que uno puede aspirar.

No todas estas palabras son iguales, bueno gramaticalmente suelen ser adjetivos aunque no siempre (quevedos), algunas son pasajeras (felipista-guerrista), la inmensa mayoría son empleados en historia, arte y política para describir preferencias ideológicas o períodos concretos (estalinista, fordiano, franquismo), otras provienen de personajes ficticios (quijotesco) y las hay que son fruto de los trabajos propios concretos quedando relegadas al ámbito en el que se aportó conocimiento (booleano).

Pero, sin duda, las hay que forman parte de una categoría estrella, pues se han extendido dentro del uso del lenguaje demostrando una gran avidez y alcanzando a todos los estratos sociales. La mayoría de éstas provienen de la literatura (incluida su vertiente especializada), seguramente fruto de la pertinacia de los documentos escritos en el tiempo. Odisea, kafkiano, sádico, maquiavélico, pánico, freudiano, masoquista, platónico, dantesco o cesárea son las que me vienen a la cabeza. Salta a la vista que en algunos casos se ha perdido, para el hablante, la referencia al origen de estos términos, de modo que no me extrañaría que hubiera otras muchas que desconociera.

Puedo decir que hay una que se lleva la palma a causa de su desconocido origen. La explicación de su etimología nos la dieron en clase hace un par de meses y de sorprendente que es, se hace difícil de creer. Por lo visto, en Gibraltar hubo un tiempo en que como homenaje a los esfuerzos que hizo el primer ministro británico Wiston Churchill en favor de la colonia, los gibraltareños usaron su apellido como sinónimo de algo bueno y beneficioso. Pues bien, los andaluces que por ahí pasaban escucharon aquella palabra una y otra vez y la tomaron, pero con su pronunciación característica así que, mitad andalucismo mitad llanita, nos llegó 'chachi'. Realmente no sé si esto es totalmente cierto, pero aunque no lo fuera me parece que la historia merece la pena.

He querido escribir este post por una cuestión meramente lúdica. Creo que es un campo muy interesante en el que los periodistas y comunicadores tienen dos papeles fundamentales a este respecto:
  1. Hacer perdurar con nuevos neologismos de nombres propios situaciones de la actualidad, tanto inmortalizando las grandezas de nuestro tiempo como sellando el destino en la memoria de personajes detestables e inmorales.
  2. Desterrar términos creados gratuitamente hasta el punto de no responder al sentido real del personaje desde el que se originó.
P.D.: ¿Qué podría ser algo 'obamista'? ¿Que es esperanzador? ¿Que promete mucho y después decepciona? ¿Que es carismático? ¿Que es carismático per se, sin necesidad de ser conocido en profundidad? ¿Que tiene la virtud de proceder de un estado anterior tan horroroso que sólo puede ir a mejor? ¿Que supone un avance en el estatus de una raza o minoría?

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