jueves, 10 de diciembre de 2009

En busca de la felicidad (interior bruta)

jueves, 10 de diciembre de 2009
Si aquí nos decantamos por medir globalmente nuestro progeso por medio del PIB, en otros lugares de la tierra miden el progeso en base de la felicidad de todos los ciudadanos. Utópico. Si. Bastante. El País Semanal nos da un reportaje que más que felicidad (para nosotros) nos recuerda lo tristes que somos. Si en Bután todo gira en torno a ese espiritualismo y filosofía budista que remarca la sociedad del pequeño reino del Himalaya, aquí en el reino cristiano de Juan Carlos I, todo se mide en base a la economía que acentúa si progresamos o no. Vamos. Si estamos bien o mal, en resumidas cuentas.

Para la gran mayoría, la felicidad nace por medio del dinero que poseemos para hacer realidad esos caprichos, pero está demostrado que nunca terminamos de ser realmente felices. Y esto no lo digo yo, lo dice esa gran parte que ha llegado a tener todo el oro del mundo y no ha terminado de llegar a esa felicidad extrema. La otra parte restante, todavía no está en esa fase, se encuentra buscándola por medio de la tarjeta de crédito en estos mismos momentos. Ya llegará su hora.

Antes de pasaros el link, os situaré; Bután, en palabras de Lyonpo Thinley Gyamtso, ex ministro del Interior y de Educación "hasta los años setenta era Medieval, sin carreteras, sin escuelas, con la religión como única guía.", es más, queda plasmado la lentitud de su progeso teniendo en cuenta que la televisión llegó a Bután en 1999, al mismo tiempo que Internet. Y no hablemos de la banda ancha.
En cambio aquí, nadie se puede imaginar lo que sería de nuestras vidas sin visitar google de vez en cuando, sin coger el coche para entrar a la ciudad, sin nuestras largas conversaciones por el móvil y sin poder ver una película descargada por Emule con la televisión de plasma, comprada en Mediamarkt.

En determinadas cuentas, nuestro avance ha sido tan rápido que no tuvimos la oportunidad de pensar en el FIB (Felicidad Interior Bruta), y solo pudimos medirnos por medio del PIB.

El reino que quiso medir la felicidad

Pero siempre nos quedarán películas que nos muestren -aunque sea de forma individual- que nosotros también podemos llegar a ese estado mayoritario en el que se encuentra Bután. Yo os dejo a Will Smith, como Chris Gardner, En busca de la felicidad.

"Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera yo. Si tienes un sueño, ve a por él, la gente que no lo consiguió te dirá que no lo lograrás, pero si tienes un sueño, persíguelo y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos."

"Lo único que puedo decirles a ustedes es que si me hacen una pregunta y no sé la respuesta, les diré directamente que no sé la respuesta, pero también buscaré la forma de encontrarla, y cuando la tenga, se la daré."


1 comentarios:

QCompson dijo...

Me parece muy interesante la reflexión. Además es algo que últimamente todos nos estamos viendo más obligados a plantearnos. Cuando lees cosas como este reportaje, hay que admitir que uno, acostumbrado a lo que está acostumbrado, siente algo de vértigo y no puede dejar de lado la visión cínica de: ¡Ya serán más habitantes! ¡Ya tendrán más caprichos! ¡Ya empezará alguien a meter la mano en las arcas! Sinceramente creo que es más preocupante dudar de que sea posible que el hecho de no ser capaces de tenerlo para nosotros.

Hablando de índices, éste no lo conocía tampoco: http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%8Dndice_de_Desarrollo_Humano

Por lo menos en algo le ganamos a Alemania.

Un saludo

 
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