sábado, 6 de marzo de 2010

Me he levantado casi a las diez

sábado, 6 de marzo de 2010
En realidad me he levantado a las diez pasadas y con pocas ganas. La acumulación en las últimas horas de noticias antidemocráticas me viene dejando mal cuerpo. Allá va una relación de lo leído entre anoche y esta mañana:

El PP prohibe la exhibición de unas determinadas fotos que son parte de la exposición, de La Unió de Periodistes Valencians, 'Fragments d'un any-2009' en el Instituto Valenciano de Arte Moderno. ¿La razón? El sinsabor que le dejó al Partido Popular (grupo político que gobierna en la Comunidad Valenciana) comprobar que el caso Gürtel era un tema recurrente. Los políticos presionaron al museo y los exponentes en conjunto retiraron la totalidad de las fotos como respuesta. Curiosamente, yo mismo me hice eco de una de las instantáneas censuradas (La Alegría de Rita, por Carles Francesc) en mi repaso en imágenes del año pasado en este blog.

Rosa Díez, diputada del Congreso y número uno por el partido UPyD (450 mil votos en las Europeas de 2009), es abucheada y boicoteada en la Universidad Autónoma de Barcelona por estudiantes independentistas o, al menos, contraestatales. Al final dio la conferencia para la que había asistido en un aula restringida y ante un número reducido de oyentes. Lo peor sucedió al salir cuando le arrojaron multitud de objetos entre insultos, protegida bajo un par de paraguas, para acabar tomándola (incluso piedra en mano) con el coche que se la llevó. ¿Mi opinión? Además de una acción infantil, intolerante y violenta manifiesta un ausencia total de actividad cerebral, pues Díez vive precisamente de los votos que provocan acciones como la relatada.

También se observa una tendencia preocupante en grandes países europeos. Desde el nada sorprendente Berlusconi en Italia a la traumática evolución de los acontecimientos en Holanda. El primero sigue saltándose a la torera todos los cauces legales y estructurales del sistema italiano, en este caso con el fin de recuperar algunas de sus listas electorales (más concretamente las de las regiones de Lazio y Lombardía) a golpe de decreto ley, cuyos miembros se encuentran inmersos en procesos judiciales por cuestiones de corrupción. En cuanto a los holandeses, no es la primera vez que oigo hablar de la presencia de la ultraderecha en el país de los tulipanes y las reformas progresistas en materia de derechos individuales (desconozco si también social-demócratas). Pero, al parecer, esta presencia se viene reforzando a raíz de la disolución del gobierno y la debilidad de los partidos tradicionales; de momento se ha constatado la centrifugación hacia la derecha en Almer y la Haya.

Y para colmo de males, Hugo Chávez hace las paces con Zapatero. Algo huele a podrido en Dinamarca (la Dinamarca literaria). Y todo en pocas horas.


No puedo evitar hacerme algunas preguntas. ¿Conocemos realmente la importancia capital de la libertad de expresión? ¿Y del Estado de derecho? ¿Se explican dichas importancias en la escuelas, junto con otras reglas democráticas? ¿Es la democracia una moda pasajera en el vaivén histórico? ¿No es una cantinela romántica eso de que la democracia exige una lucha diaria? ¿Realmente es tan frágil? ¿Cómo será la ultraderecha del siglo XXI? ¿Lo descubriremos pronto? ¿Cómo es posible la censura política a estas alturas? ¿Vivimos en la falsa ilusión de que nuestros derechos y libertades son verdaderos e imperecederos? Para aquellos fanáticos de Internet, ¿lo estamos diciendo todo de nosotros en la Red basándonos en la vacua convicción de que jamás se deshará el camino democrático? ¿De que quiénes somos y cómo pensamos no tiene por qué decidir nuestro destino?

Demasiadas cuestiones a tener presente, sobre todo constantemente. Otra cosa es que sean fruto de la típica empanada mental de un sábado tras haber dormido poco, mal y hasta "tarde".

(Aquí vendría una frase buscada en Google de Stuart Mill, pero mejor nos leemos sus libros)

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